Tal día como hoy, en 2003, se publica el documental «La revolución no será televisada» que explica los acontecimientos ocurridos en Venezuela el 11 de Abril de 2002, en los cuales Hugo Chávez sufre un golpe de estado, pero será de nuevo puesto en el poder en el lapso de 72 horas. Un documental no exento de polémica…
El 11 de abril de 2002 el Presidente venezolano Hugo Chávez había sido desplazado de su despacho y había sido reemplazado por un nuevo gobierno interino. Lo que de hecho había ocurrido era el primer golpe de Estado latinoamericano del siglo XXI, y el primer golpe de Estado mediático del mundo patrocinado por los medios de comunicación, la cúpula de la iglesia y la patronal, que fue ejecutado por militares de alta graduación.
A partir de testimonios directos de los hechos recogidos durante las 47 horas que duró el golpe, se reconstruyen los tensos momentos vividos por el triunfo del golpe, la represión y el vacío informativo de los días posteriores, y la formidable reacción del pueblo y de jóvenes militares leales, que restituyó al presidente Hugo Chávez Frías en la madrugada del 14 de abril. Tras el fracaso del golpe el proceso revolucionario continuó su marcha.
La oposición, en especial el empresariado, decide dar un golpe de Estado cuando el presidente Chávez aprueba el 10 de diciembre de 2001 un paquete de 49 importantes decretos leyes, esto enfureció a la oposición. La más criticada por ellos fue la ley de tierras (que permite expropiar latifundios) y la ley de Hidrocarburos. Inmediatamente tras esto, los empresarios agrupados en la patronal Fedecámaras, apoyándose de su enorme poder en el país, realizaron una huelga general con la intención de forzar la salida del presidente Chávez, pero fracasan.
El 9 de abril de 2002, los empresarios, la cúpula de la iglesia católica, los sindicatos corruptos (CTV), los partidos políticos que gobernaron en el pasado, y las televisiones privadas de Venezuela, convocan otra huelga general esta vez de carácter indefinido, para forzar nuevamente la renuncia de Chávez. Al tercer día de la huelga, las protestas se convirtieron en disturbios, una marcha contra el gobierno fue desviada de su recorrido ilegalmente hacia el palacio presidencial de Miraflores donde también había una concentración de apoyo al gobierno. Ocurrieron enfrentamientos armados que produjeron heridos y muertos por la presencia de francotiradores, y por la desproporcionada actuación de la policía metropolitana (controlada por un alcalde opositor), que causaron una masacre con decenas de muertos y cientos de heridos entre los partidarios del gobierno de Hugo Chávez.
Un grupo de militares (sobre todos generales y altos oficiales) pidió la renuncia del presidente Chávez, quien fue detenido y trasladado fuera de Caracas, en una rueda de prensa preparada donde hablan de muertos cuando todavía no se había producido ni un sólo disparo. Ese mismo día pudo ser juramentado Pedro Carmona, presidente de los empresarios venezolanos, como presidente interino. Su primer acto oficial fue la disolución del parlamento (Asamblea Nacional), el tribunal supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, y la remoción del Fiscal general, el contralor, y defensor del pueblo. El nuevo gobierno tuvo que enfrentarse inmediatamente con protestas populares que se mantenían firmes a favor de Chávez. Jóvenes militares se sublevaron en Maracay y las protestas populares forzaron la salida de Carmona y el resto de personas ligadas al nuevo gobierno, que tuvieron que escapar del país. El 14 de abril de 2002 Chávez fue liberado de su prisión militar y repuesto como jefe de Estado.
Después del fracaso del golpe de Estado, el 2 de diciembre de 2002 la oposición llama a un paro cívico nacional con el objetivo de paralizar la producción y distribución de petróleo, pero no alcanzaron su objetivo y el paró petrolero fracasó. Tras un largo y complejo proceso de discusión entre el gobierno y la oposición, el presidente Chávez acepta finalmente convocar un referéndum revocatorio de su mandato a la mitad de este como recoge la nueva constitución, el 15 de agosto de 2004. El nuevo triunfo electoral del presidente Chávez con un apoyo popular del 59 % reafirma su mandato y supone un enorme avance en la consolidación del proceso revolucionario venezolano.
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