¿Por qué Deep Politics?

Política profunda es un término acuñado por el investigador y académico Peter Dale Scott. Es una respuesta científica a las teorías de conspiración. Yo he elegido este término porque, tras años de divulgación, he comprendido que la palabra conspiración, simplemente no encaja para describir el tipo de cosas que quiero contar.

El término conspiración viene ligado a conceptos como “fabulación”, “especulación”, hechos no probados y desvaríos de todo tipo que tienen su culmen en el término “Conspiranoico”. Pero lo que yo quiero contar es real, por eso elijo otro término. En palabras de Dale Scott:

“Mi noción de política profunda postula que en cada cultura y sociedad se producen hechos que tienden a ser suprimidos en conjunto, debido a los costos sociales y psicológicos de no hacerlo. Como todos los otros observadores, yo también he suprimido involuntariamente hechos y recuerdos, incluso sobre el tráfico de drogas que eran demasiado inquietantes como para aceptarlos con calma“.

 

scott-peter-dale-203x300Scott ha investigado extensamente los procesos políticos que vuelan bajo el radar de la actividad política consciente, y que se omiten en el discurso de la derecha y la izquierda, y muchas veces están relacionados con el crimen organizado a gran escala: tráfico mundial de drogas, terrorismo financiado, generadores de corrupción, tráfico de armas, etc. 

David MacGregor es otro académico que aplica las ideas de política profunda en su propia investigación.

“Deep Politics es una revisión del concepto original de Scott de la parapolítica se desarrolló primero en The War Conspiracy». 

La política profunda supone un sistema abierto pero oculto de relaciones entre centros de poder con objetivos muy variados. Por ejemplo: “El colapso de la Primera República Italiana a mediados de los años 90, con la participación a gran escala de la mafia en el gobierno italiano.

Estados Unidos mantuvo relaciones con la mafia italiana para controlar el auge del comunismo en Italia. Estas relaciones con la mafia ayudaron a generar un sistema profundo de la corrupción política, (como sabemos por el juicio a Andreotti en 1995) que excedía la capacidad de todos los estamentos del estado para combatirlo.

Aparte, se originó una operación parapolítica estadounidense (Operación Gladio) para fabricar una amenaza del comunismo mediante falsos atentados terroristas. Siguiendo lo que se denominó «la estrategia de la tensión» (Strategia della tensione), la OTAN, la CIA y el MI6 británico financiaron grupos que cometían atentados con el objetivo de crear una atmósfera de alarma y terror que justificara la instauración de un estado policial. Los atentados se camuflaban para que pareciesen perpetrados por la extrema izquierda.

Otro ejemplo es la CIA financiando la yihad contra los ocupantes rusos en Afganistán, la que inundó Europa con opio y ayudó a crear a Osama Bin Ladem“. Hechos reconocidos claramente por la administración Clinton.

En definitiva, la política profunda es la historia soterrada y oculta de todos los actos ilegales o criminales ejercidos por Gobiernos o Agencias de Inteligencia que muchas veces afectan profundamente a la sociedad civil, sin que ésta sepa establecer relaciones causa- efecto entre su visión del mundo y la realidad que experimentan. En resumen, es la historia ignorada de nosotros mismos, de nuestra sociedad en los aspectos más horribles del ser humano y de los crímenes de estado.

Todos estos hechos, a medio camino en el inconsciente colectivo entre el olvido deliberado y la ignorancia, me rememoran las palabras del turco Orhan Pamuk, premio nobel de literatura 2006: “Treinta mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados en esta tierra y nadie se atreve a hablar de ello excepto yo”.

Miguel Ángel Ruiz. Mayo de 2014.