Tal día como hoy, en 1995, Bill Clinton pide perdón por la experimentación secreta con seres humanos a los cuales se los había expuesto a radiación, drogas, substancias químicas y radioactividad sin su consentimiento.
En la década del 40 se inyectó plutonio a pacientes de hospitales, se hizo ingerir radioisótopos a los escolares y mujeres embarazadas bebieron hierro radiactivo.
Desde fines de los ‘40 hasta los ‘50, estadounidenses, canadienses y británicos rociaron bacterias en Las Bahamas.
En los ’50, las tropas fueron sometidas a la radiación de las pruebas nucleares en la atmósfera, para conocer sus efectos en la infantería.
En 1950, las FF.AA. bombardearon San Francisco, Key West -Florida- y Ciudad de Panamá con bacterias serratia marcescens, sin advertir a la población.
En 1952/53 dispersaron nubes de partículas sintetizadas de sulfuro de zinc-cadmio sobre los alumnos de la escuela Clinton de Minneapolis (Minnesota); Saint Louis, el Fuerte Wayne, el Valle del Monocacy (Maryland), Leesburg (Virginia), otros estados del centro y Winnipeg (Canadá), «para ver cuánto se dispersarían».
En 1965, agentes del Ejército soltaron el bacilo globigii en el aeropuerto nacional de Washington y en la terminal de autobuses Greyhound.
En 1966, difundieron bacterias sustilus varilus en la estación Broadway, Nueva York.