Tal día como hoy en 1776, en Francia, Luis XVI, presionado por la nobleza, destituye a Jacques Turgot, director general de Finanzas que ha suprimido los impuestos que pesan sobre los económicamente débiles, cargándoselos a cambio a los terratenientes.
Turgot planeaba la eliminación de las cargas que asfixiaban a los pobres, establecimiento sobre los nobles y el clero de un impuesto territorial; pero mejora de la situación de los curas y vicarios, que poseían la porción más pequeña de las rentas de la Iglesia y supresión de la inmensa mayoría de los monasterios, igual participación en el impuesto a través de la creación de un catastro, libertad de pensamiento para los protestantes, rescate de las rentas feudales, el mismo sistema de peso y medida para todo el reino, libertad de pensamiento también para la industria y el comercio y finalmente, como Turgot se ocupaba de necesidades morales y materiales, un vasto plan de instrucción pública para difundir los principios de la ilustración».
Se formó una gran coalición de individuos, cuyos intereses se veían perjudicados por las reformas, contra Turgot: poseedores del monopolio del grano, parlamentarios pertenecientes a la nobleza de toga, privilegiados…, etc. A esta coalición se unieron los allegados del rey (el ministro Maurepas y la reina María Antonieta). El rey intentó resistir a los privilegiados, su ministro y a la reina, con el fin de mantener los planes de Turgot.
En marzo de 1776 declara: «Veo que sólo Turgot y yo amamos al pueblo.» Hubo graves disturbios: en casi toda Francia, estallaron revueltas populares por el precio de la harina (llamadas la guerra de la harina), que junto a la rica burguesía eran perjudicados por las reformas económicas, los cuales espolearon al ya molesto pueblo hambriento.
Tras dos años de resistencia, Luis XVI y sus ministros reformistas cedieron a las presiones. Malesherbes dimitió y el soberano se vio obligado a cesar a Turgot el 12 de mayo de 1776 y desbaratar sus reformas.
Dos ‘reyes Luis’ antes, Baptiste Colbert, ministro de Finanzas del rey Luis XIV, afirmó: “El arte de tributar consiste en desplumar un ganso, de tal manera que se obtenga la mayor cantidad de plumas con la menor cantidad de graznidos. El pueblo es un descomunal ganso a desplumar con tanta eficacia como sea posible”.
Años más tarde, en 1995, el economista de la escuela austríaca, Murray Rothbard, añade: “no es sólo lograr que el ganso no grazne, sino que incluso acuda contento a ver cómo despluman a otros.“
Esto es plena actualidad. Ya vemos como estan desplumando al ganso de Podemos que son los que estan poniendo en peligro el regimen tan beneficioso para los de siempre. Una lastima que los humanos aprendamos tan despacio…