Tal día como hoy en 1112, comienza el I Concilio de Letrán de la Iglesia Católica en Roma. Apartir de este Concilio, el matrimonio quedaría oficialmente prohibido para los sacerdotes, diáconos y monjes. Así, 11 siglos después de Jesucristo, se impone un control sexual sobre los miembros de la Iglesia Católica.
Es curioso como en el judaísmo bíblico era visto como más como una maldición divina. Por ejemplo, en el voto de Jefté, su hija, la cual debía ser sacrificada según la promesa de su padre, no llora por su muerte, sino porque morirá virgen.
Poblar la tierra se establece como un mandato divino tal como está expresado en el Génesis e incluso antes del pecado del hombre, «Dios los bendice y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra”». Dicho mandamiento es reiterado después del relato del Diluvio universal: «Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra».
El deber bíblico de procrearse se expresa en Sara, la cual dice de sí misma que «Dios me ha impedido tener hijos» y para cumplir con el mandamiento ésta da a su marido a su esclava Agar: «Únete a mi esclava, de pronto de ella tendrás hijos».
Originariamente, el sacerdocio cristiano como evolución conceptual de las comunidades cristianas de los primeros siglos de nuestra era no contempla ni bíblica ni tradicionalmente el celibato como precepto obligatorio para la condición del sacerdote.
Para saber más…
Canon 3 de I Concilio de Letrán
I Concilio de Letrán (Wikipedia)
Historia del Celibato