Tal día como hoy, en 1954, Alan Turing, el genio matemático padre de la computación, condenado por ser gay, murió por un envenenamiento con cianuro y que la empleada de la limpieza lo halló en la cama con una manzana a medio comer en su mesa. Desde hacía dos años estaba siendo tratado con hormonas para curar su homosexualidad.

Alan-Turing

En 1952, Arnold Murray, el amante de Turing, ayudó a un cómplice a entrar en la casa de Turing para robarle. Turing acudió a la policía a denunciar el delito. Durante la investigación policial, Turing tuvo que reconocer su homosexualidad, con lo que se le imputaron los cargos de «indecencia grave y perversión sexual». Se le dio la opción de ir a prisión o de someterse a castración química mediante un tratamiento hormonal (stilboestrol) de reducción de la líbido. Finalmente escogió las inyecciones de estrógenos, que duraron un año y le produjeron importantes alteraciones físicas, como la aparición de pechos o un apreciable aumento de peso, que lo condujeron a padecer de disfunción eréctil.

La homosexualidad era delito en Inglaterra desde 1885, pero a principios de los 50 se desató desde el Ministerio del Interior una oleada represiva sin precedentes, condenándose cada año a más de 5.000 personas por “indecencia”. En 24 de diciembre de 2013, casi 60 años después de su suicidio, el científico recibió el indulto real de la Reina Isabel II.

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Los errores de ‘The Imitation Game’ sobre Turing