Tal día como hoy, en 1995, el ex-primer ministro de Italiano, Bettino Craxi, es declarado oficialmente prófugo. Marchó a Túnez huyendo de la justicia debido al deplorable estado de corrupción que sufría el país.

Bettino-Craxi

Bettino fue Primer Ministro de Italia desde 1983 hasta 1987, en lo que se llamó el ‘Pentapartito italiano’. La caída del Pentapartito (y por tanto de Craxi) llegó en 1992, durante el proceso judicial llamado Manos Limpias (Tangentópoli), que intentó acabar con la corrupción imperante en la política italiana. Craxi, señalado entre los corruptos, tuvo que dimitir de su cargo en un PSI (Partido Socialista de Italia) que no tardaría en desaparecer.

Los escándalos de corrupción del 92, acabó con los partidos tradicionales  (Democracia Cristiana de Andreotti, y al PSI).

Su presidencia se caracterizó por la defensa de sus intereses y los de su partido más que por la línea de reformas políticas y fiscales que había prometido en la campaña electoral. Una vez que se consumaron las diferencias entre el PSI y la DC, Craxi dimitió como jefe de gobierno, el 9 de abril de 1987.

Pronto se revelaron las conexiones entre la Mafia siciliana y más de cuatrocientos parlamentarios, así como el pago de fuertes sumas de dinero por parte de las grandes compañías italianas al Gobierno de la época de Craxi y a altas personalidades políticas para obtener a cambio sustanciosos encargos de trabajo por parte del Estado y privilegios fiscales y comerciales de todo tipo. Ese dinero pagado sirvió para financiar a los partidos políticos y, en algunos casos, para enriquecer personalmente a muchos políticos, entre ellos al propio Bettino Craxi.

Craxi, en un acto de valentía o quizá de soberbia, no negó haber recibido dinero ilegal para financiar al PSI, antes al contrario: dijo que esa era una práctica común y aceptada por todos los partidos políticos del país. También sostuvo que «robar para el partido no era un delito, sino como mucho una irregularidad«.

El 15 de diciembre de 1992, los jueces de Milán abrieron un sumario contra él por presunta corrupción y participación en el escándalo Tangentópolis. Esto, evidentemente, forzó su dimisión al frente de la Secretaría General del PSI y del resto de cargos que ostentaba en la formación, el 11 de febrero de 1993, acuciado cada día más por todos los sumarios que se abrieron en su contra en el pequeño intervalo de tiempo transcurrido entre esos dos meses. En diciembre de 1993 la fiscalía de Milán pidió su procesamiento inmediato por la acusación de haber cobrado comisiones del grupo de carburos ENI y de la aseguradora SAI, ambas italianas.

Para proceder a su juicio, el Congreso italiano había retirado a Craxi la inmunidad parlamentaria y, además, el pasaporte, con objeto de impedir que se fugara del país; sin embargo, el italiano se adelantó y se refugió en la localidad tunecina de Hammamet, gracias a su buena amistad con el presidente de aquel país, Abidin Ben Alí.

El 29 de marzo de 1994 dio comienzo en Milán el juicio por las comisiones ilegales. Craxi fue condenado a cinco años de prisión. Juzgado en rebeldía por su huida, volvió a ser procesado el 29 del mismo año, tras lo cual fue condenado a una pena total de ocho años y medio de cárcel y a una inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en Italia. Finalmente, el 11 de julio de 1995, un tribunal de Milán dictó orden de captura contra Bettino Craxi, acusado de los cargos de corrupción y financiación ilegal. Dos semanas después, fue declarado fugitivo de la justicia italiana.

Según rebelaron las investigaciones, el monto total que recibió el PSI en conceptos de sobornos y prebendas de todo tipo entre los años 1987 a 1990 (el único período de tiempo que se pudo calcular con exactitud), ascendió a unos 187.000 millones de liras (unos 16.000 millones de pesetas). Convertido en el símbolo de la «República de los sobornos», Craxi pasó todo su exilio tunecino enclaustrado en su villa de Hammamet, soñando con volver a Italia con una rehabilitación política y pública que nunca llegó, debido a la firme oposición del principal partido de la izquierda en Italia, el Partido Democrático de Izquierda (antiguo PCI), liderado por el actual primer ministro Massimo D’Alema.

Aquejado de una diabetes poco cuidada que le provocó una gangrena en una pierna y serios problemas cardíacos, la muerte repentina por infarto, acaecida la tarde del 19 de enero del año 2000, le impidió ver una posible rehabilitación política que el Parlamento venía discutiendo desde el mes de octubre del año anterior como consecuencia de la anulación por parte del Tribunal Supremo, en abril de 1998, de varias condenas que pesaban sobre él y también por razones humanitarias, habida cuenta del progresivo empeoramiento de su salud. La carrera política de Bettino Craxi se puede resumir en un ascenso vertiginoso y una caída profunda.

Fuente:

Biografía de Bettino Craxi