Tal día como hoy, en 2004, El periodista Gary Webb (el primero que reveló como la CIA fabricaba el tráfico de drogas) fue encontrado muerto en su casa con dos tiros en la nuca. La policía dictaminó suicidio.

Gary Webb fue un periodista estadounidense nacido en 1955. Se puede hablar de un verdadero pionero en lo que hizo: mostró al mundo las conexiones entre la CIA y el tráfico internacional de droga. Nos enseñó como la CIA (y después la DEA), montan y vigilan las redes de distribución de droga para obtener dinero opaco al gobierno para realizar operaciones clandestinas, principalmente financiando al terrorismo.

Estudió periodismo en Kentucky y en 1988 entró a trabajar en el diario San José Mercury en California. Pero no es hasta 1996 que empieza a publicar sus primeros artículos sobre las conexiones del narcotráfico. Era un trabajo extremadamente serio y amplio que produjo un gran revuelo nacional. Realizó numerosas entrevistas a narcotraficantes y agentes de la DEA que habían estado destinados en Centroamérica en los años 80.

El trabajo de Gary era material explosivo por lo esclarecedor del mismo y a pesar de lo sorprendente e inverosímil, acabó convenciendo a la opinión pública. Después de que transcendieran sus publicaciones, sufrió una gran campaña para destruir su reputación. En los medios oficiales casi no encontró defensores. Venido abajo por las presiones, renunció al Mercury News en 1997 y fue estigmatizado y apartado. Jamás volvió a tener empleo en un diario.

En 1999, junta todo el material y publica su libro “La oscura alianza”, donde denuncia como los barrios negros de América fueron inundados de crack con el propósito de surtir de dinero fácil a la CIA. Para muchos fue un héroe. Su mérito es haber abierto la veda, y es que gracias a él, otros muchos podemos escribir sobre este tema. Gary, ganó dos veces el premio Pulitzer.

Sin embargo, su trabajo le sentenció. El 10 de Diciembre de 2004 fue encontrado muerto en su domicilio con dos balazos en la cabeza. Tenía 49 años y dejaba 3 hijos y una esposa. Según el informe policial Gary se había suicidado. Aunque jamás llegaron a aclarar cómo alguien puede darse un segundo tiro por la nuca, cuando el primero le había destrozado la cara y dañado el cerebro. Sin duda: un mártir de la conspiración.