Tal día como hoy en 1971, la administración Nixon decide abandonar el patrón oro. Es decir, el dólar deja de estar respaldado por el oro y pasa a considerarse dinero «fiduciario». Esta decisión tuvo grandes consecuencias para la economía global y está estrechamente ligada al desempleo masivo que viven los países industrializados.
El Dinero Fiduciario es el que se basa en la fe o confianza de la sociedad, es decir, que no se respalda por metales preciosos, salvo una promesa de pago por parte de la entidad emisora. Es el modelo monetario que manejamos actualmente en el mundo. Este tipo de dinero no basa su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal ni en su valor intrínseco, sino simplemente en su declaración como dinero por el Estado. Sin esta declaración, no tendría ningún valor.
Y todo esto nos lleva a un episodio importante en la historia económica, el final del patrón oro por parte de Estados Unidos. El patrón oro era un sistema monetario que digamos respaldaba el papel moneda y el oro, garantizando y asegurando su valor. Fue en Gran Bretaña en el año 1.812 cuando comenzó a aplicarse. Este sistema se caracterizaba por fijar los tipos de cambios de las divisas en función del precio del oro, de manera que el patrón oro imponía tipos de cambio fijos.
Fue tras la Primera Guerra Mundial cuando comenzó a criticarse este sistema. En la década de 1.930 con la Gran Depresión, muchos países decidieron abandonar el patrón oro, ya que necesitaban devaluar sus divisas para incrementar sus exportaciones y así acelerar sus maltrechas economías.
En junio de 1.944 se celebró una conferencia en Bretton Woods y se acordó vincular las divisas al dólar norteamericano, pero con una condición: Estados Unidos debía de mantener el dólar a un tipo de cambio fijo respecto al precio del oro y la Reserva Federal era la institución encargada de cambiar los dólares por oro.
El gobierno de Richard Nixon se enfrentó a un problema: los dólares superaron las reservas de oro del país, de manera que el precio del oro en dólares superó el precio fijo del oro. El incremento de los gastos del Gobierno no ayudó precisamente. Nixon siguió el consejo de Milton Friedman: eliminar la convertibilidad del dólar en oro dado que la divisa valía por el propio respaldo que ofrecía el gobierno de Estados Unidos. De esta manera, el domingo 15 de agosto de 1971, Richard Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar en oro, y terminó de manera unilateral con el acuerdo de Bretton Woods.
Esta decisión tuvo una serie de consecuencias:
– Provocó desajustes en el Sistema Monetario Internacional.
– Apareció una fuerte inflación debido a la expansión desmedida del crédito.
– El Sistema Monetario Internacional se transformó en un sistema de tipos de cambio flexibles, donde los tipos de cambio de las divisas oscilaban según el juego de la oferta y la demanda.
– Mayor margen de maniobra de los bancos centrales para imprimir dinero según estimen oportuno.
Hasta los años 70, un país pobre como China no tenía ninguna injerencia en el comercio mundial: vendía poco y compraba poco al resto del mundo. La globalización de los años 80, facilitada por esta ampliación de dinero falso, ofreció grandes facilidades a las empresas que, en la búsqueda de mano de obra barata, instalaron sus fábricas en China. Este fue el comienzo del proceso de desindustrialización que partió en Estados Unidos y siguió por Europa. Un proceso que destruyó la mayor cantidad de empleo en los países industrializados y que se transformó en un camino sin retorno.
Para saber más…
Discurso de Nixon donde pone fin al patrón oro