Tal día como hoy en 2008, un estudio liderado por Monique Muggli de Mayo Clinic de Minnesota, tras analizar 1.500 documentos internos de las tabacaleras, revela que la industria tabacalera llevaba 40 años ocultando la presencia de polonio 210 en los cigarrillos que consumimos.
El Polonio-210 emite radiación alfa que es una de las formas de radiación carcinógena. Experimentos con animales mostraron que la inhalación de humo de tabaco era una causa de cáncer de pulmón en animales.
Se cree que el Polonio-210 se deposita en las bifurcaciones bronquiales, resultando que hay dosis sustanciales de radiación alfa en los lugares donde los carcinomas aparecen con frecuencia. La radiación alfa también se ha demostrado que induce caminos de señales en células que no están directamente expuestas.
Las concentraciones medias de Polonio-210 en el tejido de los fumadores se han observado que son más del doble que las de los no-fumadores. Se calcula que los fumadores de 1 una cajetilla y media diarias están expuestos a tanta radiación como si fueran sometidos a 300 radiografías al año.
Se ha calculado que el Polonio-210 es responsable del 1% de todos los cánceres de pulmón de los Estados Unidos. Como cada año se calcula que 1,3 millones de muertes en todo el mundo son atribuibles al cáncer de pulmón, el Polonio-210 puede ser el responsable cada año de más de 11.700 muertes en el mundo.
Asimismo, el Polonio 210 es la substancia que mató al espía ruso Alexander Livitnenko en 2006.
Para saber más…
Las tabacaleras han ocultado la presencia de Polonio 210 en los cigarrillos durante los últimos años.
Estudio sobre el Polonio 210 en los cigarrillos de tabaco