Trolls de Estado

Por Miguel Ángel Ruiz

Zbigniew Brzezinski, uno de los ideólogos del imperialismo americano, lleva tiempo tratando de concienciar a la élite de lo que él llama el «Despertar Político Global». Afirma que por primera vez en la historia, casi toda la humanidad es políticamente activa y consciente. Hecho que amenaza su hegemonía. Sin embargo, ya se está empleando una estrategia de confusión global sin precedentes. Veamos cómo el sistema está combatiendo el despertar mundial.

Junio de 2014.

 

«The American Interest» es una de esas publicaciones donde grandes intelectuales del imperio americano comparten pensamientos sobre cómo mantener su dominación mundial y cómo gestionar nuevas amenazas a su hegemonía en cualquier campo. En dicho medio, Zbigniew Brzezinski −consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter−publicó un artículo en 2005 llamado «El Dilema del Último Soberano». En dicho escrito se alertaba sobre un fenómeno nuevo y sin precedentes en la historia de la política: El despertar político global. Para el autor, es «un acontecimiento verdaderamente transformador de la escena mundial» debido a que por primera vez en la historia, la mayoría de la gente entiende de política y es consciente de cómo funciona esta. La propaganda, el doble discurso, las operaciones encubiertas, etc.

Brzezinski afirma que actualmente hay en todo el mundo entre 80 y 130 millones de estudiantes universitarios procedentes de la inseguridad social de la clase media-baja, e inflamados por un sentimiento de indignación social. Estos millones de estudiantes serían revolucionarios en potencia, ya están movilizados en grandes congregaciones, conectados por Internet, y posicionados para una repetición en mayor escala de lo ocurrido años antes en la Plaza de Tiananmen. «Su energía física y frustración emocional está a la espera de ser disparada por una causa, una fe, o un odio«, afirma.

Palabras proféticas realmente si se tienen en cuenta los movimientos indignados tan sólo un lustro después. Brzezinski establece entre las causas el «acceso casi universal a la radio, la televisión, y crecientemente, al Internet. Lo que está creando una comunidad de percepciones y envidias compartidas que puede ser aprovechada por ideologías demagógicas, políticas o religiosas«.

Es decir, la élite entiende que el acceso a información veraz por parte de los ciudadanos está cambiando las normas de la política a escala mundial. Aunque el citado artículo pasa a otros derroteros, sin embargo, no omite la gran pregunta necesaria: ¿Cuál debería ser el papel global de Estados Unidos en este problema? Y ese es el dilema del Último Soberano.

La Unión Europea y los Trolls de Estado

Es innegable que uno de los factores que han hecho posible el despertar político global es la capacidad de la gente de informarse a través de internet. La red es un medio horizontal y descentralizado muy diferente a los medios tradicionales, menos democráticos y configurados de «arriba a abajo». Ya en 2008, el 2º Estudio de la Fundación BBVA sobre internet en España, mostraba los cambios de hábitos a la hora de informarse en la red, haciéndolo cada vez más personas.

En ocasiones parece que las instituciones den la espalda a las realidades y cambios que experimentan los ciudadanos, sin embargo, existen razones para pensar que no es así. En 2013, el periódico británico «The Telegraph» tuvo acceso a unos documentos secretos que revelaban que la Unión Europea iba a destinar 2,5 millones de euros en «trolls» para combatir el euroescepticismo en Europa.

Troll Patroll

De acuerdo con la jerga de la red, un troll es alguien que publica mensajes provocadores o agresivos en foros de discusión o blogs, con la intención de molestar, confundir o engañar a  otros usuarios. La forma de hacerlo suele ser alterar la conversación normal en un «hilo» de discusión, logrando que los mismos usuarios se enfaden y se enfrenten entre sí. Usado a nivel político o de inteligencia, sirve para desactivar el efecto de opiniones contrarias a las deseadas por alguna institución.

El hecho de que la UE destine 2,5 millones de Euros a pagar a personas para que revienten conversaciones, siembren dudas contra los euroescépticos o enfrenten a los internautas para que no se puedan llegar a conclusiones contrarias a Europa nos aporta mucha información. Primero, revela la naturaleza real, no democrática, de una institución que debería ser transparente y totalmente neutral en materia de comunicación. Pero además, significa un reconocimiento implícito de que los canales oficiales de comunicación tienen un efecto limitado, siendo más productiva la intoxicación anónima en los foros de discusión de internet.

 

Opinadores del PP

El empleo de trolls es una práctica más habitual y extendida de lo que mucha gente cree. En abril de 2013, el gabinete de prensa del Partido Popular Balear, mandó por error un email a varios medios de comunicación. El ‘lapsus mail’, como lo calificaron los medios, realmente debía haber ido dirigido a un grupo de «opinadores» −término usado en el email−, es decir, un grupo de comentaristas secretos adscritos al Partido Popular. Su misión era la de comentar en internet las noticias que les mandan desde el gabinete de prensa y hacerlo de acuerdo a unas directrices que también les especificaban. El texto que encabezaba las instrucciones rezaba «Buenos días opinadores, éstas son las noticias para comentar», y listaba la lista de temas a tratar, algunos junto con los argumentos que debían emplearse en su defensa.

oPPinadores

Se desconocen las condiciones de los opinadores y su relación al partido. Se desconoce número, en que foros operan y la cantidad de horas que dedican a la actividad. Y es de suponer que no sólo lo usa el PP Balear. Sin embargo, la sistematización de esta estrategia para controlar la opinión en la red revela la importancia que se le confiere a las opiniones «no oficiales en la red«. En realidad son operaciones encubiertas en toda regla, al estilo de las que se usan en inteligencia, puesto que el mero hecho de que se supiese que un partido político intoxica la red sería suficiente para que esas opiniones ya no fueran tenidas en cuenta.

El fenómeno de intoxicación de trolls en un gran periódico generalmente funciona de la siguiente manera. La mayoría de la gente cuando lee una noticia en un medio digital, lo que hace al terminar de leerla, es que no la cree completamente, la pone «en cuarentena». Simplemente por ser su fuente un gran medio de masas. Ya es de dominio público que los grandes medios manipulan la información, así que no la cree entera pero le puede conferir cierta verosimilitud. A continuación, una vez leída la noticia, se leen los comentarios de otros internautas y aquí contrasta su opinión con la de otras personas. En este momento es donde se produce la toma de decisión de si lo que ha leído es cierto o no, y en qué grado. Gracias a otros comentarios, puede enterarse porque la noticia es tremendamente falsa, o puede indignarse más y apoyar la versión digital sin reservas, etc.

En este sentido, la estrategia encubierta de comunicación del PP, es hacer que sus trolls arropen la veracidad de una noticia, o la destruyan si es contraria a sus intereses. Si, por ejemplo, es una nota de prensa que les perjudica, les puede interesar que en los comentarios no se llegue a ninguna conclusión, sacando de contexto el hilo y acusando de corrupción a otros partidos aun cuando no sea el tema del hilo, es decir, reventar la conversación. Las estrategias adoptadas irán encaminadas siempre a favorecer la opinión que los lectores tengan del partido, pero ocultando en todo momento que son una extensión del mismo y que por tanto están esos mismos intereses detrás.

Es de suponer que estas prácticas de intoxicación son puestas por otros muchos grupos políticos sin que, como en el caso del Partido Popular, haya un reconocimiento oficial.

Comentario

El ejército de Estados Unidos sistematiza el uso de Trolls

Comparado con el uso de trolls que hace el ejército estadounidense, se puede pensar que en realidad la estrategia del PP es un juego de niños, hecho de manera amateur incluso.  En Estados Unidos, uno de los organismos que se encarga del uso del trolls, es ni más ni menos que el CENTCOM, alias del Mando Central de Estados Unidos. Es un comando unificado de seguridad responsable de los intereses de EEUU en 27 países. Está compuesto por elementos  del Ejército de Tierra, la Marina, la Fuerza Aérea y el Comando de Operaciones Especiales.

En 2011, el comandante Bill H. Speaks, un portavoz de CENTCOM, confirmó la existencia de un contrato con una empresa llamada Ntrepid y registrada en Los Angeles. El objetivo del contrato era el de manipular las redes sociales de una manera sistemática. La aportación de Ntrepid consistió en la creación de un software que permite la creación de identidades falsas para influir en redes sociales y diseminar propaganda favorable a Estados Unidos. Es decir, toda una operación de guerra psicológica en internet por parte del Pentágono.

Ntrepid

El programa de Ntrepid, al que a falta de más detalles han llamado «servicio de gestión en línea de personas«, permite que un sólo soldado del ejército americano pueda controlar hasta 10 identidades falsas distintas en Internet. Según los requisitos impuestos por CENTCOM a Ntrepid, los personajes deben ser convincentes, es decir, deben tener un cierto historial (falso, por supuesto) y apariencia positiva. El total de sistema admite, según CENTCOM, hasta 50 controladores simultáneos, a razón de 10 perfiles falsos cada uno. Hecho que es de suponer que podría ser ampliado a voluntad. Según datos revelados por el mismo contrato y filtrados por el periódico británico ‘The Guardian’, todos estos «operarios trolls» trabajarían desde la base aérea de MacDill, ubicada en Florida.

El modus operandi, según ‘The Guardian’, sería prácticamente el mismo que la sistemática realizada en el caso del Partido Popular o la UE. Consistiría en «crear un falso consenso pro-norteamericano en conversaciones en línea, ablandar opiniones incómodas y sofocar comentarios o informes contrarios a sus propios objetivos internacionales».

El punto de cinismo a todo este asunto es que también, según el portavoz del CENTCOM, estas operaciones jamás serían puestas en práctica en webs estadounidenses porque es ilegal según las propias leyes americanas. En realidad esta sistemática empezó a usarse años antes en Irak, en un proyecto llamado OEV (Operation Earnest Voice) para contrarrestar el activismo de los simpatizantes de Al Qaeda en Internet.

Además, el proyecto de Ntrepid, permite no sólo crear falsos perfiles en redes sociales sino actividades de «blogging«.

 

Bloggers contratados por militares

Un informe de la Junta de Operaciones Especiales (JSOU) del ejército americano en junio de 2006, llamado «Blogs and Military Information Strategy» analizaba ya la conveniencia de pelear por el control y la influencia del ciberespacio. En este informe, sus autores, James Kinniburg y Dorothy Denning, reconocían la importancia de los blogs como fuentes de información para crear influencia. Sin embargo, en su análisis de la blogosfera, reconocen que existen pocos blogs con miles de lectores y muchos con apenas ninguno, a la par que, muchos blogs son interesantes porque son autóctonos de otros países y que la inteligencia militar estadounidense tendría difícil alcanzar ese grado de credibilidad. Así que la propuesta es la de captar y/o contratar clandestinamente bloggers influyentes en otros países. Y tiene que ser en secreto por según el informe «la gente no le gusta ser engañada y el precio de ser descubierto es la pérdida de credibilidad y confianza«. Así mismo, el informe se preocupa por definir una métrica para saber que blogs se consideran influyentes y por tanto poder aprovecharlos.

El informe propone otra alternativa y es la «creación de los bloggers«, es decir, crear blogs influentes desde cero. Para el informe, los dueños de los blogs podrían ser los propios soldados americanos… la estrategia sería crear un «blogswarm«, un enjambre de blogs aparentemente diferentes pero con los mismos objetivos.

Blogs

Hiperrealidad, la estrategia de engaño global.

En el artículo sobre Ntrepid, The Guardian recoge una reflexión que concentra el problema de facto que presentan estas operaciones. Dice que las estrategias de personalidades en línea inventadas podrían ser imitadas por otros gobiernos de diferente signo, empresas y organizaciones de toda índole, todas dispuestas a conducir a los usuarios de medios sociales a interactuar con simples marionetas en su juego de propaganda mundial.

El problema de que todos los agentes mediáticos, a la vez, implementen este tipo de intoxicación conducirá a una ola de desinformación sin precedentes en internet. Será un mundo virtual donde exista tal cantidad de información falsa y tal cantidad de perfiles falsos que sea imposible distinguir la realidad de la ficción. Ya está ocurriendo.

Este hecho ya tiene un nombre en filosofía moderna, se llama hiperrealidad, y se define como la incapacidad de la conciencia de distinguir la realidad de la fantasía, especialmente en las culturas posmodernas tecnológicamente avanzadas. Y esta precisamente, parece ser la estrategia para combatir el despertar político global que denunciaba Brzezinski.

Porque, en cierto sentido, la sociedad actual ya está acostumbrada a la propaganda y la guerra psicológica. Es cierto que tienen una capacidad manipuladora tremenda. Desde los escritores a sueldo de la CIA, creadores de opinión, pasando por las películas y series de televisión que contienen propaganda camuflada y que se hacen con acuerdos con la CIA y su visto bueno. Esta propaganda oculta también existe incluso en videojuegos para consolas que vienen aconsejados y orientados por el ejército de Estados Unidos. Pero en todos estos casos, el flujo de la información es del poder a la gente. De arriba a abajo, que con un poco de práctica puede ser detectada.

Sin embargo, las operaciones encubiertas online son otra cosa. Cada vez más, la red está sustituyendo a nuestro concepto de realidad. Primero por la cantidad de horas que pasamos en ella, y segundo por lo cotidiana que ya nos resulta y las interacciones que realizamos, como chatear. Intoxicar la red es manipular la realidad de una forma nunca antes vista.

 Decepction

GCHQ y el arte del engaño.

A pesar de todos los ejemplos ya expuestos, donde la estrategia de la manipulación del ciberespacio parece alcanzar su punto álgido es sin duda en lo expuesto por el ex-analista de la NSA Edward Snowden. Recientemente se ha conocido una nueva serie de cuatro documentos filtrados por Snowden que revelan hasta qué punto se han sofisticado las estrategias de intoxicación en internet.

Uno de los documentos en cuestión se llama «El arte del engaño: entrenamiento para una nueva generación de operaciones encubiertas online«. Lleva el membrete de GCHQ (Goverment Communications Headquarters), que es un servicio de inteligencia del gobierno británico, al igual que el MI6. GCHQ es una agencia implicada en la vigilancia mundial y colabora con la NSA americana donde trabajaba Snowden, y la división que emite el documento se llama JTRIG (Grupo de Inteligencia de Investigación de Amenaza Común).

Según «el arte del engaño», el objetivo es crear «cibermagos«, es decir, personal muy bien entrenado que pueda usar la red a su conveniencia. Para ello necesitan estar formados en ciencias humanas, psicología, sociología, neurociencias y un conocimiento profundo de la red de redes, tanto tecnológicamente como de sus comunidades virtuales. Se les pide: profesionalismo, elegancia, creatividad e intuición. En la formación (en lo que se deduce a partir del powerpoint filtrado) le dan mucha importancia a aprender a engañar; enseñan tácticas basadas en el control de la atención y la percepción. Y enseñan a técnicas para que los engaños «tengan sentido». Todo para crear lo que ellos llaman OCA’s (Online Cover Action), acciones online encubiertas usando las 4D, por sus siglas en inglés: Destruir, Negar, Degradar y Perturbar a sus enemigos desacreditándolos, y arruinando su reputación.

4D

Estos enemigos, pueden ser una empresa, una ONG, un divulgador, una empresa, un grupo de webs relacionados con terrorismo, o algún objetivo de activismo político. Entre las operaciones que se usan para atacarles existen varias. Las denominadas CNA (Computer Network Attack): ataque mediante virus, bloquear su acceso a internet (Denial of Service), bombardear teléfonos con SMS’s o llamadas, o ser capaces de borrar su presencia online.

También se usan las operaciones de falsa bandera. Es decir, adoptar la identidad de la víctima en internet y publicar en su nombre creándole problemas de imagen y reputación. Se pueden incluso modificar sus fotos en redes sociales una vez que ya hayan sido subidas. O falsificar emails y enviárselos a sus amigos, colegas o vecinos. Todo vale.

Otras técnicas serían publicaciones y denuncias en blogs de falsas víctimas para tratar de hundir la reputación del objetivo. En caso de que éste sea una empresa o entidad, las opciones definidas en el documento son: filtrar información confidencial de la empresa a otras compañías, publicar información negativa en foros apropiados (por ejemplo, a inversores) o arruinar las relaciones de negocios que tengan.

En el caso de personas, si todo lo anterior haya fallado, también proponen lo que llaman una “trampa de miel”, es decir, preparar a una señorita para que consiga un encuentro sexual con el sujeto en cuestión y que a partir de ahí, ella haga todo lo posible por fingir haber sido forzada o violada. Caso que recuerda poderosamente a las demandas por intento de violación que tuvo Julian Assange en 2010…

¿Quién vigila al vigilante?

La filtración de estos últimos documentos de GCHQ/JTRIG, ha provocado ríos de tinta, especialmente en el Reino Unido. Y no es para menos, la precepción de lo colosal y gigantesco alcance que tienen estas operaciones sobrecoge. En los mismos documentos se habla de la operación “Squeaky Dolphin”, que es un programa que monitoriza a nivel mundial los vídeos vistos en Youtube, los “me gusta” de Facebook y las visitas a los blogs. Toda esta ingente cantidad de información ofrece muchísimos datos sobre costumbres, estilos de vida y perfiles psicológicos a nivel mundial.

En el Reino Unido se ha denunciado que estas herramientas se están usando y que los objetivos a desacreditar con las 4D’s se dirigen contra individuos que jamás han sido acusados en los tribunales, que no han sido condenadas por ningún delito y en muchos casos son gente que no tiene nada que ver con terrorismo o amenazas contra la seguridad nacional.

Realmente, ¿qué autoridad moral tienen las agencias de espionaje de arruinar deliberadamente la reputación de las personas y alterar su actividad política on-line, sin presentar cargos y sin justificarse de ninguna forma ante la opinión pública?

El GCHQ se defendió objetando que sus métodos son perfectamente legales, pero que “no comentarán nada en material de inteligencia”. Y luego aluden a la típica respuesta calculadamente estudiada: “Todo el trabajo de GCHQ se lleva a cabo de acuerdo con un estricto marco jurídico y normativo que garantiza que nuestras actividades están autorizadas, soy necesarias y proporcionadas y que existe una supervisión rigurosa”.

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Reflexión final

Resumiendo todo lo expuesto hasta ahora, se prueba que la intoxicación e influencia de la opinión pública en internet de forma encubierta es una realidad. Internet hasta hace relativamente poco, se consideraba un territorio libre donde informarse y aprender al margen de los grandes intereses. Ahora se comprueba que no es así.

Esto supone un grave revés en la lucha por la conquista de la libertad y la democracia. En unas sociedades como las nuestras, tan necesitadas de formación política ciudadana, y tan necesitadas de verdadero pensamiento crítico e información libre, la respuesta del sistema al despertar político global ha sido la intoxicación encubierta. Estas operaciones, puestas en práctica por cada vez más grupos, gobiernos e instituciones provocarán que cada vez sea más difícil acceder a una información libre y fidedigna. Esto exige más de nosotros mismos a la hora de informarnos; sin embargo, no hay que dejar de intentarlo. La información libre, la verdad, aunque diluida, aún está en internet.