La destrucción planificada de la infancia
¿Por qué los niños ya no son como antes y qué intereses se ocultan tras este hecho?
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Argumento
¿De qué trata el libro?
Algo pasa con los niños
“Desde que empecé a estudiar la infancia y su eventual desaparición, he hablado con cientos de personas. En todos encontré el mismo sentimiento: nostalgia por la niñez de los setenta y ochenta, y perplejidad ante la infancia actual. Todos coincidían en lo esencial: algo pasa con los niños. La infancia actual, en 2024, es drásticamente distinta. Los niños de hoy han dejado de jugar en la calle, de aburrirse, de pelearse y reconciliarse. ”
El descubrimiento de Neil Postman
“En 1982, Neil Postman publicó La desaparición de la infancia, advirtiendo que las fronteras entre el mundo infantil y el adulto se estaban borrando. Los niños imitaban conductas adultas, se vestían y hablaban como adultos, y perdían la inocencia cada vez antes. Su advertencia fue ignorada. Hoy, cuarenta años después, sus palabras son más actuales que nunca. ”
La nostalgia como síntoma
“Los adultos de hoy sentimos nostalgia de aquella infancia sin pantallas ni likes, de las bicicletas hasta el anochecer y los veranos interminables. Pero esa nostalgia no es solo melancolía: es un síntoma social. Recordamos la infancia perdida porque intuimos que algo valioso se ha roto .”
La felicidad como mercancía
“El siglo XXI ha convertido la felicidad en un producto de venta masiva. Desde los anuncios hasta las series infantiles, todo promete diversión, satisfacción, plenitud. Pero esa felicidad se compra, y su precio es alto: la pérdida del deseo genuino. A los niños ya no se les permite aburrirse, porque el aburrimiento no vende.”
Padres que dejaron de ser padres
“En algún momento, sin saber exactamente cuándo, los padres dejaron de ser padres para convertirse en colegas. Se rompió la distancia simbólica que daba autoridad y respeto. Hoy, muchos adultos temen frustrar a sus hijos, como si la frustración fuese un trauma y no una escuela. Pero al renunciar al papel de guía, entregan al mercado lo que antes era responsabilidad de la familia».
El arte de resistir
“Salvar la infancia no es tarea de gobiernos ni pedagogías oficiales: es un acto de resistencia. […] Ser padre hoy es, más que nunca, un acto político. La infancia no se pierde de golpe: se disuelve lentamente. Y solo quienes la recuerdan pueden impedir que desaparezca por completo.”
Capítulos
¿Que encontrarás en este libro?
Capítulo 1
Los niños que dejaron de serlo.
Analiza cómo la sociedad ha transformado el concepto de infancia, borrando la frontera entre niño y adulto. Los pequeños ya no son distintos, sino copias en miniatura de la cultura adulta.
Capítulo 2
La sociedad de consumo.
Repasa la historia de cómo se creó la sociedad de consumo, los primeros grandes almacenes y cómo se sistematizó la forma de tratar a los consumidores.
Capítulo 3
Dominación cultural.
Expone el poder de los medios y las corporaciones para moldear mentes. La cultura se privatiza y se usa como herramienta de control simbólico.
Capítulo 4
Cómo vender a los niños.
Revela las estrategias con las que la publicidad manipula emociones infantiles. La felicidad se vuelve un producto y el deseo, una trampa comercial.
Capítulo 5
En guerra contra toda autoridad.
Describe la caída de padres y maestros como figuras de referencia. La cultura actual glorifica la rebeldía y desprecia toda forma de autoridad.
Capítulo 6
Enseñando a desobedecer.
Muestra cómo dibujos, series y videojuegos enseñan valores de consumo y desafío. La televisión y las redes son las nuevas escuelas morales.
Capítulo 7
Aquellos maravillosos años.
Contrasta la infancia libre y creativa de los 80 con la actual, hipersexualizada y dependiente de pantallas. La nostalgia revela una pérdida cultural profunda.
Capítulo 8
La paternidad rebelde.
Propone pautas para una resistencia activa: Si los padres quieren preservar la infancia de sus propios hijos, deben concebir la paternidad como un acto de rebelión contra la cultura dominante.
Extractos.
Lea algunos extractos.
“Decimos que los niños de ahora han cambiado, pero no son ellos los que cambian: es la sociedad la que ha redefinido lo que significa ser niño. La infancia ha dejado de ser un estado natural para convertirse en una construcción social moldeada por los medios, la publicidad y la tecnología. Ya no se espera del niño que imagine, sino que consuma; no que descubra, sino que repita. Hemos creado una generación que vive rodeada de estímulos, pero huérfana de sentido. Y en ese proceso, la niñez se ha vuelto un producto más del mercado.”
“En el pasado, el niño era educado por la familia, la escuela y la comunidad. Hoy, quien educa es el mercado. Las marcas enseñan lo que los padres callan: qué desear, cómo vestirse, a quién admirar. La publicidad se infiltra en la mente infantil disfrazada de entretenimiento, generando identidades a medida de los intereses comerciales. Así, los niños no crecen libres, sino programados para consumir. Son el público más vulnerable y, paradójicamente, el más codiciado.”
“Nuestros hijos ya no crecen: se fabrican. Cada serie, cada juguete, cada influencer aporta una pieza más a su identidad prefabricada. La industria cultural no solo vende productos, vende modelos de conducta, emociones y formas de estar en el mundo. Los niños aprenden antes a posar que a pensar, antes a imitar que a crear. Su espontaneidad natural ha sido sustituida por el guión de la cultura Pop. Y lo más grave es que lo aceptamos como progreso”.
Testimonios.
¿Qué opinan los lectores?
El autor.
Un poco acerca de mi.
Miguel Ángel Ruiz
Es ingeniero de telecomunicaciones y máster en sociología. Paralelamente a su actividad profesional como ingeniero, ha desarrollado una carrera como divulgador y analista de procesos sociales, especializándose en la sociología del poder y en sistemas de control social. Es colaborador habitual de varios programas de radio y forma parte del podcast «Falsa Bandera».
miguel.angel.ruiz@hotmail.es
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