Tal día como hoy, en 2000, Rio de Janeiro. Sandro do Nascimento, uno de los ‘niños de la calle’ de Río atraca a mano armada un autobús de la línea 174 con 11 pasajeros. Llega la policía y luego la televisión. De repente el incidente se convierte en espectáculo, un secuestro televisado. Sandro sabe que sigue vivo gracias a las cámaras de TV.. y se convierte en actor, simula su papel de secuestrador.

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El secuestro del autobús se complica, las cámaras de televisión y su sensacionalismo paralizan a la policía. Sandro sabe que está vivo gracias a ellas. De otra manera ya habría sido asesinado por la policía. Sin embargo, en el evento pesa algo más: Sandro ha sido invisible toda su vida para la sociedad y de repente tiene su minuto de gloria. Por primera vez le hacen caso…

Sandro fue uno de los supervivientes de la matanza de niños en Plaza de Candelaria de 1993. (Ver Conspiefeméride del 23 de Julio).

La situación del autobus se enquista. Sandro sabe que tiene que actuar para la televisión… es lo que le salva la vida. Y pide a los rehenes «que actúen». Nada es lo que parece y la historia que ocurre dentro del autobús no es la que ven los telespectadores. Los mismos rehenes del autobús posteriormente confesarían que Sandro no quería hacerles daño.

Todo el evento es una reflexión sobre delincuencia como salida a la pobreza, el papel de los medios de comunicación, la invisibilidad social de los marginados. Un hecho singular que fue magistralmente recogido en la película ‘Onibus 174’.

Recomiendo la visión de la película o el documental. Es una historia fascinante.

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La comunicación con la TV y la policía se hacía mediante mensajes con pintalabios en los cristales.

Para saber más…
Documental sobre el secuestro de autobús
Ficha de la película: Autobús 174
Sequestro do Onibus 174 (en portugués)