La Revolución Mundial

Por Miguel Ángel Ruiz

15M, Occupy Wall St, las primaveras árabes, Gamonal, Rodea el congreso, 22M Marchas por la dignidad, Movimientos Indignados en Brasil, Israel, Grecia, Portugal…  Existe un malestar planetario generado por las políticas depredadoras neoliberales. Ciudadanos de todo el mundo están denunciando el deterioro de democracia y las revueltas están incubándose en nuestras sociedades. Se demanda un cambio. Sin embargo el Poder no lo va a permitir, y el mundo se dirige o hacia una revolución o hacia una dictadura mundial.

Mayo de 2014.

 

Es innegable que el mundo actual está enfermo de capitalismo. Enfermo de un capitalismo ya crónico que  se ha ido radicalizando, especialmente desde los años 70 del siglo pasado.  Esta enfermedad, como cualquier otra, produce síntomas desagradables. Síntomas resumidos en lo que se conoce como “el consenso de Washington”, una receta neoliberal de privatizaciones, saqueos de recursos, abaratamiento de despidos, liberalización de sectores, etc.

La consecuencia de todo esto es un empobrecimiento de las clases medias, un debilitamiento del estado y de las políticas sociales. Es decir, arrodillar los intereses públicos ante los privados, hacer más pobres a los pobres y más ricos a los ricos. Y no es casualidad, porque en realidad se trata de una guerra. Una guerra de los muy ricos contra los demás, para conformar un mundo que les sea favorable a ellos y poderse proteger del resto.

La economía de los recortes, es una economía de guerra. Nació en Estados Unidos con Milton Friedman (y los Chicago Boys) y se puso en marcha como laboratorio en la dictadura militar de Chile. Esa economía de guerra genera víctimas y en los años 70, los únicos que accedieron a ponerlo en marcha fueron las dictaduras militares latinoamericanas. Luego Ronald Reagan y Margaret Thatcher empezaron a aplicar la misma doctrina al primer mundo y, poco a poco, toda esa agenda oculta del robo a lo público (privatizaciones) fue pasando por los sucesivos gobiernos de toda Europa.

El resultado es que en términos absolutos (descontando la inflación), la clase media lleva perdiendo poder adquisitivo desde los años 80. La puntilla final ha venido con la ola de salvatajes a la banca, recortes de derechos y empobrecimiento general que ha traído la crisis financiera iniciada en 2008. La actual crisis, engaño monumental, no en las causas pero si es las soluciones, supone otro paso más de la guerra de los muy ricos. Y el malestar que ha provocado es patente, aumentando el riesgo de revolución mundial, como hemos visto en los movimientos de indignados. Poco a poco, el suelo se está regando de gasolina; antes o después, saltará la chispa.

08 indignarse no es suficiente fuente colectivo daños colaterales - juan medina

El poder ilegítimo

En realidad la chispa que encendió los movimientos indignados, no sólo es el fantasma de la pobreza progresiva sino también, la creciente conciencia de que la democracia está secuestrada.

Se podría afirmar que las democracias actuales están “tuteladas” y “amañadas”. Tuteladas porque cuando algún país se sale de lo que dictan los mercados, o bien cambian el presidente o bien coaccionan fuertemente al que está en el poder. En Europa, para campear las turbulencias financieras se cambiaron los presidentes, sin elecciones democráticas, de Grecia (Lucas Papademos) y de Italia (Mario Monti) además de estar al frente del BCE Mario Draghi, todos vinculados a importantes bancos norteamericanos.

En España no hizo falta poner un tecnócrata en el poder, es decir un banquero, porque los presidentes que había siguieron dócilmente los dictados de los mercados. De hecho el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en su libro “El dilema”, cuenta como Joe Biden, entonces vicepresidente de Estados Unidos, le decía que su política solo sería creíble para los mercados si eran con “lágrimas y sufrimiento” es decir “que la única manera de lograr ganar su confianza era tomando decisiones que te hicieran sufrir de verdad y a fondo«.

También podemos decir que la actual democracia está “amañada”. Concretamente, el caso español es flagrante, el electorado está cansado del bipartidismo alternante. Los mayores análisis que se hacen al respecto se basan en el borreguismo de los votantes que vuelven a votar una y otra vez a los partidos que les roban. Pero ¿y si la ley electoral estuviera amañada?

La ley electoral vigente en España, vino dictada desde Estados Unidos para que las elecciones de 1977 fueran controladas, según cuenta el general Vernon A. Walters, director adjunto de la CIA entre 1972 y 1976. La ley que Estados Unidos proporcionó a la naciente democracia española, fue dictada primero al régimen de Franco y su propósito era controlar la pluralidad electoral. En aquel momento sería una manera de asegurarse de que España no caía en manos de los comunistas mediante el voto, cosa hasta comprensible en el contexto de la guerra fría. El problema es que el bipartidismo es muy interesante para que los intereses económicos sólo tengan que controlar a dos partidos, y así, conscientemente, la misma ley amañada, no sólo se usó en las elecciones de 1977, sino también en las de 1982, 1986, etc.

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Hechos como estos y muchos otros han calado hondo en la opinión de gran parte de la sociedad. Se percibe claramente que somos controlados por los poderes privados, una corporatocracia. Se percibe que la mal llamada democracia no es tal y que además está perfectamente adiestrada para ir en contra de los ciudadanos.

Esto ha hecho que poco a poco la temperatura del descontento social haya ido en aumento, provocando esporádicamente pequeñas rupturas del orden como fue el 15M en España, Occupy Wall St en Estados Unidos, Indignados de Brasil, Israel, y las primaveras árabes, curiosamente todos con descontentos muy parecidos aunque adaptados a cada sitio.

Leyes antiinsurgencia

El poder es consciente de que el empobrecimiento de la gente lleva a las revueltas si se les quita el pan. Por alguna razón, seguramente para arrebatarnos todos los derechos sociales conseguidos en el pasado, han decidido quitarnos el sustento. Como decíamos antes, es una estrategia para conformar un mundo más dócil a los ricos. De hecho, las economías liberales tuvieron “éxito” en Latinoamérica porque vinieron acompañadas de una gran represión policial.

Ahora, en todo el mundo, los gobiernos son conscientes de que para mantener cohesionada la sociedad y la paz social en un escenario de progresivo empobrecimiento, hay que fortalecer la ley y hacer una sociedad más totalitaria. Es decir, una transición blanda a dictaduras. Ese es el futuro, hacia eso vamos.

Mientras que la crisis de 2008 no significó ningún cambio para el sector financiero (origen de la crisis) sí que se han implementado cambios además de los recortes orientados a protegerse de la indignación ciudadana. En España se está intentando implantar una ley especialmente hecha a medida del movimiento indignado 15M y para la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca): la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada Ley Mordaza.

Esta ley endurece los castigos a las protestas sociales, se convierten en delitos formas no violentas de protestas como el escrache. Se persigue en definitiva, que movimientos como el 15M, que fueron perseguidos policialmente pero luego la mayoría de los casos no fueron condenados en los tribunales, lleguen a serlo. También se aprueba un fichero de infractores para detectar la reincidencia en los delitos asociados a las protestas. Hasta Amnistía internacional denunció el uso abusivo de sanciones a los manifestantes que promueve la ley.

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La palabra mordaza que acompaña a la ley es del todo literal. Este año el cantante de rap Pablo Hasél ha sido condenado a dos años de cárcel por unas letras subversivas. Existen más casos de personas condenadas por verter frases de descontento y enaltecimiento de lucha armada en las redes sociales. El problema de fondo es que las redes sociales se usan como catarsis de descontento ante la situación política y social. Al final… la protesta es un delito, y como decíamos, para impedir que estallen chispas de revuelta, la respuesta del sistema es la dictadura blanda. Otro paso más en la traición a la democracia.

En cualquier caso, la ciudadanía siente que estamos dejándonos arrebatar derechos sin hacer apenas nada. Una pregunta frecuente es: ¿Qué más necesitamos para echarnos a la calle? ¿Cuánto más vamos a esperar? Existen precedentes de revueltas populares, pero quizás en Europa aún estamos lejos de este límite. Un ejemplo lo podríamos encontrar en la guerra del agua del Cochabamba (Bolivia) en el año 2000. El gobierno Boliviano, movido por el Banco Mundial, privatizó el agua. El precio de ésta, como suele ocurrir después de las privatizaciones, se disparó hasta representar un quinto del sueldo medio en Bolivia. El resultado fue que la mayoría de la gente tuvo que renunciar al colegio de sus hijos o al médico para poder beber. Además, el estado prohibió la recogida del agua de lluvia, salvo que se pagase una licencia. Y la calle boliviana explotó. Recuperaron el agua, pero no sin muertos y no sin un pulso tremendo al poder que decretó estado de sitio. Creemos que los ricos aprendieron la lección, arrebatarlo todo del golpe es peligroso, es mejor poco a poco.

03 brasil-detalle fuente reuters - pilar olivares

Servicios secretos y revueltas ciudadanas

Otro tema recurrente en redes sociales y foros de internet orbita en cuanto a cómo resistir el ataque neoliberal, cómo obtener una verdadera democracia, recuperar derechos y nivel de vida. Se pueden leer opiniones de todos los gustos.

Desde nuestro humilde punto de vista, cualquier movimiento que no esté basado en una amplísima mayoría tiene pocas posibilidades de éxito. Y el consenso de la mayoría está dirigido por la maquinaria propagandística del estado y la banca (dueños de muchos medios de comunicación). Cuando no se cuenta con amplísima mayoría, cómo ha pasado en 15M, un grupo de ciudadanos comprometido pero que no es seguido a todos los niveles, se diferencia claramente del resto, se significa y entonces es cuando los tentáculos del estado pueden actuar para desactivarlo.

Por ejemplo, en Estados Unidos, un informe interno del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) muestra cómo los servicios antiterroristas de ese país espiaron al movimiento Occupy Wall St. Consideraban que el movimiento tenía un carácter potencialmente violento y que había que «controlarlo».

El informe, filtrado por Wikileaks, cuenta cómo Fred Burton, vicepresidente de la empresa  especializada en inteligencia, Stratfor, y conocida como «La CIA en la sombra», había establecido a Ocuppy Wall St como objetivo, a pesar de su naturaleza pacífica. En algunos aspectos, el informe está cogido con pinzas, puesto que sus fuentes de información son…¡periódicos tradicionales! Es decir: Bloomberg, The Guardian, New York Post, etc. Con unas fuentes así, se puede demostrar cualquier cosa.

21 Tentifada 2011 - ACODEHU

En España el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), mediante portavoz oficial, negó haber realizado actividades de inteligencia con respecto al 15M. Aunque algunos colectivos como «Queda la palabra«, les acusa directamente de esto. En cualquier caso, lo que sí es seguro es que sí les infiltraron los Grupos de Información del Cuerpo Nacional de Policía para ofrecer información al Ministerio del Interior desde dentro del movimiento. Lo cual es una práctica habitual en manifestaciones.

Con respecto al mundo árabe, el conocido periodista de investigación y especialista en servicios secretos, Fernando Rueda, elaboró un estudio expuesto en el programa de radio «La Rosa de los Vientos», sobre cuál había sido el destino de todas las primaveras árabes. Bajo el título «Primavera árabe, otoño triste», expuso como todos los países que habían tenido revueltas: Túnez, Libia, Egipto, Argelia, Líbano, Sudán, Omán, Arabia Saudí, Irak… la mayor parte de esos movimientos fueron aplastados.

Las reivindicaciones que simplemente eran una sociedad mejor, y se podrían resumir en «pan, libertad y justicia social» no tuvieron al final prácticamente ningún éxito. La mayoría de gobiernos, usaron una dura represión militar contra las voces de cambio.

19 PRIMAVERA - FUENTE  (FUENTE blog ego sum qui sum)

Por ejemplo, en Arabia Saudí, la revuelta duró 15 minutos hasta que fue duramente respondida. Ante una perspectiva así, tan poco esperanzadora, cabe preguntarse qué opciones reales existen de un cambio democrático. Es común preguntarse entre los indignados y descontentos, qué es necesario para que la ciudadanía se eche a la calle. Y como vemos, al menos en aquellos países que no existe una democracia algo consolidada, las posibilidades de éxito no son altas.

Otras veces, incluso cuando un país consigue tener un gobierno legítimo elegido por el pueblo, recientemente Egipto, pero también el famoso caso de Nicaragua, Chile, etc. El poder, es decir, Estados Unidos y muchas veces Europa, tiene sobrada experiencia en golpes de estado encubiertos para poner gobiernos afines a sus intereses, empañando así los anhelos de cambio de los humildes.

La necesidad de actuar

Si los gobiernos de todo el mundo recortan derechos y dejan que millones de personas se  hundan en la pobreza mientras engrosan el capital de los ricos, entonces… ¿El contrato social está muerto? ¿Por qué mantener con vida un sistema que no cuida de ti? El sistema es un consenso, al igual que el dinero. Si nadie lo apoyase caería rápidamente, como la confianza en los bancos. Si el Estado no cuida de nosotros, sino que favorece a los ricos, y además su autoridad es ilegítima como hemos visto de los mercados…¿Por qué ser cómplices? ¿Qué podríamos hacer?

La violencia no es la respuesta. El sistema está perfectamente adaptado para gestionarla. Saben demonizar cualquier intento de cambio y saben criminalizar la protesta y su lógica es el egoísmo. Les cuesta más gestionar la solidaridad, la no violencia, la caridad, el desapego, el deseo de ayudar. Esa debería ser la base de todo cambio.

Somos una sociedad sometida. La cuestión es cómo revertir esta situación y llegar a ser totalmente libres y construir una verdadera democracia. Existen muchos grupos e intelectuales que han tratado de contestar esta pregunta. Desde los métodos de Gene Sharp, filósofo  anticomunista estadounidense conocido por su extensa obra en defensa de la no violencia como lucha contra el poder, y que inspiró al movimiento OTPOR de insurgencia en Yugoslavia. Hasta otros como Henry Thoreau, llamado el padre de la desobediencia civil. En esa línea están también toda la doctrina de la no violencia de Mahatma Ghandi. O la monja benedictina, Teresa Forcades que llama a la desobediencia global organizada.

Otros muchos intelectuales, críticos con el sistema, han optado más por la divulgación, por abrir los ojos al mundo. No en vano, Nelson Mandela decía que “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.  En ese sentido, escritores como José Saramago, José Luis Sampedro o Noam Chomsky han dedicado su vida a mostrar las mentiras del sistema, socavar su apoyo, educar las mentes y erosionar la complicidad que le prestamos a este sistema ilegítimo sustentando por la mentira. Porque en el fondo, un sistema es un consenso y sin apoyo popular, se cae. O al menos se le desnuda hasta que muestra su cara tiránica y dictatorial.

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El propósito de cambiar el mundo mediante las ideas es, sin duda, colosal. Es la lucha de David Contra Goliat. Especialmente porque los gobiernos tienen una potentísima maquinaria propagandística especializada en crear una opinión pública favorable a sus intereses. Sin embargo, en ese sentido, al menos la ventaja de los escritores es que la perversidad del sistema es tan magna que la realidad siempre sorprende.

Realidades tales como el terrorismo financiado por gobiernos, tráfico de drogas, venta de armas, lavado de dinero ilegal, todo con la complacencia de gobiernos. Hay muchos hechos bien investigados por periodistas. Peter Dale Scott, Gary Webb, Monique-Marin Robin, Thierry Meyssan… la lista, afortunadamente, es larga.

En cualquier caso este proceso es lento y hay una urgencia de actuar. Vamos contrarreloj. El último informe económico de Oxfam “Gobernar para las élites” muestra como el poder sigue recortando en derechos y educación, sumiendo seres en la pobreza, arrojándolos fuera del sistema en todo el mundo. Es posible que en futuro, quizás el empobrecimiento general que quieren imponernos, nos debilite, y nos haga aún una sociedad más frágil. Por eso, hay que actuar ahora, cuando todavía somos conscientes que nos están quitando lo que es nuestro.