Tal día como hoy, en 2010, fallece a los 87 años en la isla de Lanzarote (España), el escritor portugués y premio Nobel de Literatura en 1998, José Saramago, autor de obras como «El evangelio según Jesucristo», «Ensayo sobre la ceguera» o «Caín».
Debería haberse llamado José Sousa, pero el funcionario del registro civil cometió un «lapsus calami» (error de pluma) y lo anotó como José «Saramago», que era el apodo de la familia. («Jaramago» en español, nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las crucíferas).Hay quienes dicen que fue una broma del funcionario, conocido de su padre. El propio Saramago diría muchos años más tarde, que habíendose llamado José Sousa no podría haber sido escritor.
Para mi, Saramago junto a Noam Chomsky y Jose Luis Sampedro son la Santísima Trinidad.
Termino con un texto suyo «Las democracias se van suicidando«.
Hay que discutir la democracia a todas las horas y en todos los foros, porque, si no la reinventamos, no sólo se perderá ella, sino también la esperanza de ver dignamente respetados los derechos humanos.