Tal día como hoy en 1820, nacía Harriet Tubman en Bucktown (Maryland). Sería la mayor libertadora de esclavos de Estados Unidos.

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Provenía de una familia de esclavos.  Sus padres eran Benjamin Ross y Harriet Greene Ross, un matrimonio que tuvo once hijos. Le pusieron de nombre Araminta, y cuando era pequeña la llamaban por el diminutivo “Minty“, si bien en la vida de los esclavos la niñez no duraba mucho. A los once años dejo de usar el nombre de Araminta y pasaría a usar el mismo que su madre, Harriet.

Harriet no recibió educación de ningún tipo; con cinco años ya trabajaba de criada y niñera. La mujer de su amo la tenía trabajando durante el día y por la noche debía vigilar que ninguno de los hijos lloraran.

Con doce o trece años, uno de los capataces se enojó con un esclavo que había abandonado el trabajo, y mandó a Harriet que le ayudara a azotarle. Ella se negó, e incluso ayudó al hombre a escapar. El capataz, al ver al hombre correr, intentó detenerle arrojándole un peso de dos libras, pero falló, y entonces golpeó fuertemente a Harriet, dejándola inconsciente. A causa de esta paliza, durante toda su vida sería propensa a mareos, vértigos y jaquecas; con frecuencia se quedaba dormida de forma inconsciente.

En 1844 Harriet fue obligada por su amo a contraer matrimonio con John Tubman, un hombre negro libre.

En una oscura noche del verano de 1849, ella decidió escaparse de forma definitiva, guiándose unicamente por la Estrella Polar. Ella quería llevar a su marido e hijos con ella pero John Tubman no quiso, así que Harriet escapó sola.

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Siguiendo en ocasiones la ruta del ferrocarril, logró llegar a la llamada línea Mason-Dixon, que dividía a los Estados de Virginia y Pennsylvania, o lo que es lo mismo, el Sur esclavista y el Norte abolicionista.

Harriet llegó a Filadelfia, allí encontró trabajo, y rehizo su vida. Sin embargo para ella eso no era suficiente, ya que sabía que millones de personas de su misma raza seguían esclavizados en el Sur. Por eso Harriet entró en contacto con el pujante movimiento abolicionista, y se dedicó a partir de ese momento a luchar de forma incansable por la libertad de los esclavos que aun permanecían en el Sur, aunque para ello tuviera que arriesgar muchas veces su vida.

El nombre de Harriet Tubman ira siempre ligado al Ferrocarril Subterraneo, que ni era un ferrocarril ni era subterráneo.

El ferrocarril subterráneo (en inglés, Underground Railroad) fue una red clandestina organizada en el siglo XIX en Estados Unidos y Canadá para ayudar a los esclavos afroamericanos que escaparan de las plantaciones del sur hacia estados libres o Canadá.

Los esclavos fugitivos eran los pasajeros. Las rutas de escape se llamaban carriles. La jefatura era la Estación Central, y los estados del norte o Canadá eran el destino.

El Ferrocarril Subterráneo funcionó hasta que tras la Guerra de Secesión (1861–1865) se abolió definitivamente la esclavitud. Las personas que habían colaborado con el Ferrocarril Subterráneo jugaron un importante papel en la guerra por la instrucción recibida y el conocimiento del terreno.

Harriet Tubman es sin duda la “conductora” más popular en la historia del Ferrocarril Subterráneo, y en su labor regresó hasta 19 veces al Sur para ayudar a escapar a cientos de esclavos. Los blancos esclavistas llegaron a ofrecer una recompensa de 40.000 dolares por capturarla viva o muerta, una cifra enorme para la época, pero pese a todo ella prosiguió su labor.

Harriet era conocida por el sobrenombre de Moises, ya que igual que el profeta bíblico había conducido al pueblo judío desde la esclavitud en Egipto hacia la tierra prometida, ella conducía a los esclavos hacía la libertad. Durante el resto de su vida presumió de que “nunca había perdido ni un solo pasajero“.

Durante la Guerra Civil (1861-1865) Harriet Tubman colaboró con el ejercito de la Unión, haciendo de enfermera, y también guiando a patrullas de soldados en varias incursiones a lo largo del río Comcahee, en Carolina del Sur. Precisamente en este tiempo ella conoció a un soldado llamado Nelson Davis, y ambos se enamoraron, y se casarían en 1869. Desde ese momento pasarían juntos veinte años, y en 1874 adoptarían un niña llamada Gertie.

Durante sus últimos años trabajó para promover la causa sufragista (reclamo del derecho a votar de las mujeres). En una ocasión una mujer blanca le preguntó a Tubman, si creía que las mujeres debían poder votar a lo que respondió: «He sufrido lo suficiente como para creerlo». Tubman comenzó asistiendo a actos de organizaciones sufragistas y pronto empezó a trabajar con Susan B. Anthony y Emily Howland. Viajó a Nueva York, Boston y Washington para dar discursos a favor del derecho al voto de las mujeres. En ellos describía sus propias acciones durante la Guerra Civil y utilizaba los sacrificios cometidos por mujeres en la historia moderna como evidencia de la igualdad entre hombres y mujeres. Cuando se fundó en 1886 la Federación Nacional de mujeres afroamericanas, Tubman pronunció el discurso de apertura.

Durante su vejez los problemas derivados de la herida de su adolescencia continuaban afectándola. A finales de la década de 1890 se sometió a una intervención cerebral en el Hospital General de Massachusetts en Boston. Incapaz de dormir debido a los dolores y a un continuo zumbido, fue ella quien le solicitó al médico la operación cerebral.

En 1911 su estado era muy delicado y fue admitida en la residencia que se había construido en su honor. Luego de que un periódico de Nueva York describiera su grave estado de salud y económico, se produjo un importante número de donaciones espontáneas. Rodeada de sus amigos y familiares, Harriet Tubman falleció de una neumonía el 10 de marzo de 1913.

Fuente:

194° aniversario del nacimiento de Harriet Tubman
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