Tal día como hoy, en 1928, después de dos condenas anteriores, George C. Parker es condenado a cadena perpetua. ¿Su delito? Tenía la facultad inusitada para estafar. Parker tenía la habilidad para convencer a turistas millonarios para comprar todo tipo de atracciones en la ciudad. Vendió 2 veces por semana el Puente de Brooklyn a lo largo de varios años, e incluso vendió la Estatua de la Libertad a un empresario multimillonario.